A veces me pillo elucubrando sobre qué escribir en el blog y se me ocurrió algo que, quién lo lea y le apetezca, puede probar: hacer una lista de las cosas que hace bien, de virtudes, por decirlo así y de defectos y "patosidades".
VIRTUDES:
- Hablar (bien), comunicar
- Escuchar
- Cocinar
- Callar (a tiempo)
- Deporte (aunque hace tiempo que no practico)
- Sonreir
- Expresar mis emociones
- Bailar, expresarme corporalmente
- Disfrutar (de la comida, de la música, de un bello paisaje, de una buena compañía)
- Guardar un secreto
- Ayudar a mis amigos
- Escribir (a mi nivel)
- Cuidar
- Tener sentido del humor
- Sociable, menos cuando me voy a la cueva
- Reconocer mis defectos que son.....
DEFECTOS:
- Soy una orgullosa narcisista prepotente
- A veces envidiosa
- Canto fatal, una de mis máximas frustraciones
- Puedo llegar a ser muy dura si me tocan lo que no suena, despreciativa y hasta cruel
- Un desastre con las manualidades
- Soy mala perdedora
- Exigente
- Los números no me van y menos cuando se trata de hacer cuentas
- Me cuesta horrores pedir ayuda
- No sé coser
- Dispersa, quién mucho abarca poco aprieta
- Desordenada
- Y...... ya vale, aunque hay más....
Hace un tiempo me hubiera costado mucho hacer este ejercicio: en función del momento, bien sólo se me hubieran ocurrido defectos, bien sólo virtudes.
Cambio de tema: para los que leísteis mi anterior entrada: mi papi está bien, no pasó del golpe y ha estado unos cuantos días con todo el cuerpo dolorido, pero nada más.
La fiesta de mi hijo acabó de la siguiente manera:
Le dije a mi hijo que me iba a dormir y me fui a mi habitación. En cuanto se fue, salté y me cambié de ropa. Mi hija y yo salimos zumbando hacia el bar de copas donde estaban todos sus amigos (40 personas) esperándolo. Pudimos llegar antes que él, compinchadas con el amigo que lo vino a buscar a casa y que se lo llevó a tomar algo a otro sitio antes de ir al punto de encuentro. Me tomé un par de cubatas con mi hija mientras esperábamos, rodeadas de los 18 añeros amigos de mi hijo.
Hubo un pequeño fallo: al llegar, mi hijo vió mi coche aparcado y empezó a llamarme al móbil, al cual yo no contesté!!!
No le dió tiempo de pensar mucho qué coño hacía mi coche allí: el amigo lo arrastró hasta el local y allí nos encontró a todos!!! No se lo esperaba para nada y le encantó. Tras saludar a todo el mundo, en la pantalla gigante del bar pusieron la presentación que los amigos le habían hecho. Yo me sentía super orgullosa y plena, entre mis dos hijos, agarrándolos a cada uno por la cintura, como una mamma a la italiana, en un local de moda de la ciudad, con un cubata en la barra.
Menuda imagen!!! jeje....a ver si un día de esos cuelgo las fotos.
Hasta aquí por hoy y hasta la próxima que me vuelva a entrar el gusanillo de escribir.