viernes, 30 de mayo de 2008

Pulsión




Más allá de las apariencias, más allá de las actitudes, más allá del carácter y de la neurosis, en un lugar desconocido, profundo e intangible existe un impulso, núcleo de los núcleos.

Pulsión, de vida y de muerte, Eros y Thanatos, jugando, persiguiéndose, escondiéndose y volviendo a aparecer, complementándose. Conviven dentro de mí, sin saberlo yo, sin pedirme permiso. Simplemente existen.

Su espacio es la inconsciencia, la sombra. Son el motor de todo, la causa y la consecuencia, el principio y el fin, dirigiéndome cual marioneta.

Eros, insúflame tu soplo de vida, despiértame a través de tu aliento alegre y audaz.
Thanatos, recuérdame mi vulnerabilidad, hazme humilde y osada.

lunes, 26 de mayo de 2008

Enterré a mi hermano en la arena

Daoud Hari, víctima y testigo del genocidio de Darfur

"Enterré a mi hermano en la arena"

VÍCTOR-M. AMELA - 26/05/2008 (Contra de la Vanguardia)

Tengo unos 35 años: mi tribu no usaba registros oficiales. Nací en el norte de Darfur, en Sudán, y hoy vivo refugiado en EE. UU. Ni estoy casado ni tengo hijos.
¿Política? La odio. ¿Dios? Soy musulmán, pero por mi cuenta. Tengo fe en mí mismo y lucho por la paz en Darfur.

¿Qué pasó en su aldea?

Los helicópteros la ametrallaron, quemaron las chozas, los yanyauid mataron a los que se quedaron a defenderla, como mi hermano Ahmed. Arrasaron todo. Había sido una buena aldea...

¿Qué hizo usted?

Ayudé a la gente a huir a la montaña, entre ellos mis padres y mi hermana, con todos los camellos y ovejas que pudimos. Volví al día siguiente y enterré a mi hermano en la arena. Luego, con nuestros camellos, ayudé a los desplazados a refugiarse en Chad.

¿Cuándo sucedió eso?

En el 2003. Desde entonces, el gobierno de Sudán y los yanyauid llevan 300.000 personas asesinadas, miles de aldeas destruidas, dos millones y medio de habitantes de Darfur desplazados. Darfur, al occidente de Sudán, equivale en extensión a una España de desiertos, cordilleras y sabana.

¿Quiénes son los yanyauid?

En la lengua de los zaghawa, mi etnia, yanyauid significa "jinete armado": así llamamos a los árabes nómadas, que van a caballo y con fusiles. Cuando yo era niño eran amistosos y convivíamos con ellos.

¿Y por qué las cosas cambiaron?

Los zaghawa agricultores y los yanyauid ganaderos tenían disputas, pero las resolvían los respectivos jefes... hasta que el gobierno espoleó a los yanyauid contra nosotros.

¿Con qué fin?

Nosotros hemos sido siempre autónomos y trabajadores, sacábamos muy buena riqueza de nuestra tierra. En mi pueblo, en el norte de Darfur, en la zona desértica, la prosperidad se mide en camellos: mi padre tenía 150 camellos, mi familia se ha dedicado al pastoreo y trata de camellos durante generaciones, que vendíamos en Libia, Egipto...

¿Quiso el gobierno robar sus tierras?

Es un gobierno despótico y genocida, apoyado por China: las empresas chinas quieren campo libre para sus explotaciones de petróleo y recursos naturales. La camarilla gobernante las ayuda y se beneficia. China la provee de armas, que van gratis a los yanyauid para que nos maten, a cambio de beneficios.

Eso se llama genocidio.

Lo es, y continúa. ¡Lo triste es que hagan más por nosotros cuatro estrellas de Hollywood que todos los gobiernos europeos juntos! Agradezco a Mia Farrow, George Clooney, Don Cheadle, Angelina Jolie y Brad Pitt que divulguen nuestra tragedia...

¿Qué debería hacerse, en su opinión?

La ONU debería enviar tropas para garantizar la seguridad física y la vida de miles de civiles. Es lo mínimo.

¿Qué es lo peor que ha visto usted?

Ayudé durante meses a desplazados, y he visto a niñas violadas por los yanyauid, a madres con hijos muertos de hambre en los brazos, a padres trastornados..., ¿acaso hay algo peor que ver cómo matan a tu hijita?

No creo.

Recuerdo a un desplazado: había enviado a su hija de cinco años a correr entre los árboles mientras él se enfrentaba a un yanyauid. Apresado, lo ataron y comenzaron a torturarlo. Entonces su hija salió de entre los árboles y corrió hacia él... Había oído a su padre gritar, claro... La niña lo llamaba llorosa: "¡Abba, abba!" (papá, papá) mientras corría hacia él. El yanyauid se volvió, apuntó hacia ella la bayoneta, ensartó a la niña, levantó el fusil en alto con ella atravesada y dejó que la sangre de la niña lo fuese empapando...

¿Y el padre lo presenciaba todo?

Él mismo me lo contó. Estaba trastornado y repetía: "¿Era un hombre o un demonio?" Aquel yanyauid, bañado en la sangre de la niña, bailaba mientras ella agonizaba sobre su cabeza. La niña movía los labios queriendo decir abba,me contó su padre...

No sé qué más puedo preguntarle.

Ayudé a muchos periodistas occidentales a recorrer la zona masacrada, para que lo contasen al mundo. Me he jugado la vida varias veces, pero eso ya no importa: cuando muera me reuniré con los míos en el cielo.

¿Cómo contactó con los periodistas?

Yo había trabajado en Egipto, y sabía inglés. Me ofrecí a los periodistas como intérprete. Al internarnos en Darfur con un periodista, Paul Salopek, los sudaneses nos apresaron. La esposa de Paul se movió frenéticamente en Washington y logró que liberasen a Paul.

¿Y usted?

Cárcel y palizas: el gobierno me tenía por espía. Me habrían matado de no ser porque Paul logró que las autoridades norteamericanas presionasen. Hoy soy el tercer refugiado de Darfur acogido por Estados Unidos. ¡Ojalá acogieran a tantas viudas, tantos huérfanos como hay! Sus vidas peligran...

¿Y su familia?

Mi padre murió al saber que me habían detenido. Casi toda mi familia está en el cielo.

¿Qué planes tiene usted?

Un proverbio de mi pueblo dice: "No pienses más allá de siete días". Yo, cada día, me muevo sólo para difundir esta tragedia y que acabe la matanza. Hasta que haya paz para mi país, yo no haré planes para mí. Ojalá pueda hacerlos.

¿Puedo ayudar?

Una entrevista como esta es una buena ayuda. Gracias. Aprovecho y pido otra cosa.

¿Qué?

No sigan la corriente a los Juegos Olímpicos de Pekín: el Gobierno chino alienta el genocidio de Darfur, nos expolia, nos asesina con sus armas. Me parece inmoral colaborar en esos Juegos sabiendo todo esto.

domingo, 18 de mayo de 2008

La importancia de lo ritos de paso

¿Estás dispuesto a ser triturado,
borrado, eliminado, convertido en nada?
¿Estás dispuesto a convertirte en nada?
¿A sumergirte en el olvido?
Si no lo estás, nunca cambiarás realmente
D.H. LAWRENCE, PHOENIX

Desde que mi padre dejó de trabajar hace apenas 6 meses, con 86 años, como ya he comentado en alguna entrada, está obsesionado con este tema, el trabajo. Ha trabajado desde los 14 años y ha sido comercial desde los 20.

Salía por la mañana, bien trajado y repeinado, oliendo a Floïd y visitaba a sus clientes de toda la vida. Le gustaba su trabajo, en el cual daba rienda suelta a toda su simpatía, buen humor y seducción que le servían para vender lo que le daba la gana. Así se ha ganado la vida durante todos esos años, pasándolo bien, disfrutando de lo que hacía y manteniendo, al mismo tiempo, a su familia. Nunca nos ha faltado de nada.

En los últimos años su cartera de clientes había disminuido por diversas razones, entre las cuales está, evidentemente, su edad y la disminución de sus facultades. No se ha jubilado porque simplemente, no tiene jubilación: siempre ha trabajado a comisión, sin contrato y él no se preocupó de hacerse autónomo.

Hace 6 meses, tras una pequeña intervención quirúrgica, la empresa aprovechó para decirle que ya no hacía falta que fuera a trabajar, que podía ir a verlos cuando quisiera, que le aseguraban unos ingresos mínimos y que se quedara en casa. Conduciendo era un peligro y lo medio engañamos diciéndole que ya no le renovaban el carnet. Lo convencimos para que regalara el coche a mi hermana, que se quedó sin tras un grave accidente.

Desde entonces, insiste en buscar trabajo o seguir en el suyo. No entiende que ya está, que se acabó. No asume esa jubilación y todo ello, junto con su demencia, lo hace obsesionarse con el trabajo. De golpe, ha perdido su actividad diaria desde hacía 72 años y su autonomía al conducir su coche.

Personalmente insistí a mi familia en la necesidad de que la empresa le hiciese un homenaje por su labor. Esa empresa creció, se desarrolló y sus propietarios han ganado mucho dinero gracias a las ventas de mi padre. Dije que era necesario ese acto de reconocimiento a él para que pudiera acometer el proceso de duelo de su trayectoria profesional a lo largo de tantos años con una mínima garantía. No se ha hecho, nadie me apoyó en mi iniciativa.

¿Por qué le doy tanta importancia a este acto? Por dos razones: la primera, creo que mi padre se merece ese reconocimiento "público" y él lo necesita.

La segunda tiene que ver con el título de esta entrada: la importancia de los ritos de paso.
Transcribo algunos pasajes del libro
El viaje definitivo, de Stanislav Grof:

Los ritos de paso señalan cambios críticos en la vida de los individuos o de las culturas. Su oportunidad, o momento, coincide frecuentemente con importantes transiciones fisiológicas, como el parto, la circuncisión, la pubertad, el matrimonio, la menopausia y la muerte; ocasiones en las que el cuerpo, la psique, el estatus social, y el papel sagrado de lo iniciados cambian significativamente.

.......

Los ritos de paso son acontecimientos culturales y espirituales en la que los iniciados pueden experimentar, afrontar y expresar fuertes emociones y energía físicas asociadas con matrices perinatales y transpersonales que todos poseemos en el fondo de nuestra psique incosnciente. Teniendo en cuenta la naturaleza elemental de las fuerzas psicológicas puestas en juego, la manifestación incontrolada, o acting out, de dichas energías puede ser destructiva para la comunidad. En este contexto es importante considerar las conclusiones de Arnold van Gennep, Víctor Turner, Margaret Mead, Mircea Eliade y otros destacados antropólogos, que nos dicen que los ritos de paso son instituciones de importancia capital para el funcionamiento armonioso y cohesivo de la comunidad (van Gennep, 1960, Turner, 1969, Mead, 1973, Eliade, 1958).

Por consiguiente, la ausencia de ritos de paso significativos puede contribuir a las diversas modalidades de psicopatología social observadas en las sociedades contemporáneas. La mayoría de los impulsos de naturaleza destructiva y antisocial, en lugar de realizarse y expresarse con una aprobación social en un contexto estructurado, sacro y seguro, aparecen de forma pérfida en la vida cotidiana y se manifiestan en un gran número de problemas sociales e individuales. El aumento de la expresión sexual, la delincuencia y el abuso de alcohol y narcóticos entre los adolescentes en los países industrializados podría remediarse mediante ritos de paso significativos para este grupo de edades (Mead, 1973; Mahdi, Foster y Little, 1987; Mahdi, Christopher y Mead, 1996).

Dicho de otro modo: los ritos de paso son imprescindibles como punto de inflexión de un modo de vida a otro, con su consecuente proceso de duelo; una muerte a algo para renacer a otra cosa distinta. El proceso de duelo de la etapa anterior se hará con mucha más dificultad si no hay un rito de paso.

En nuestra sociedad actual se han ido perdiendo esos ritos y sólo quedan algunos que realizamos sin entender para qué los hacemos. Hablamos a menudo de falta de límites en la educación de los hijos y eso es, en parte, consecuencia de la falta de ritos. No hay diferenciación entre las diferentes etapas que se suceden unas a otras de forma lineal.

Una boda o un funeral son ritos de paso, por poner ejemplos claros para todos. En la boda, abandono mi vida de soltera/o con todas sus consecuencia y características para iniciar mi vida en pareja, con todas sus características y consecuencias. Dejar mi vida en solitario o con mi familia nuclear va a suponer abandonar un modo de ser y estar conmigo misma/o y con los demás, con sus consiguientes pérdidas.

El funeral es para mí aún más evidente: marca el final de mi vida en la que había una persona importante en mayor o menor grado para iniciar una etapa sin esa persona, en la que voy a necesitar reorganizar y readaptar mi vida sin ella, con el consiguiente dolor, causado, no sólo por la separación definitiva, por el desgarro de su ausencia, sino también por los cambios que eso supone.

He visto a personas que no han logrado elaborar el proceso de duelo de alguien querido por no asistir a su funeral ni haber visto su cuerpo sin vida. Tras muchos años, aún no aceptan ni asumen su desaparición. No es necesario que el rito de paso sea el funeral: uno mismo puede realizar un pequeño ritual de despedida para marcar ese punto de inflexión si en su momento no pudieron asisitir al entierro.

Y eso es exactamente lo que yo quería para mi padre: un pequeño homenaje a modo de rito de paso que a él le marcara el final de su vida profesional con un reconocimiento por su labor durante tantos años, tanto de la empresa como de nosotros, su familia.

Y va a ser que no.....caggggrrrr!!!

sábado, 10 de mayo de 2008

Un corto y accidentado paseo

La otra noche, después de cenar, decidí salir a dar un paseo. Habitualmente no lo hago, el cansancio del día me clava en el sofá de casa a ver la tele para relajar la mente hasta que me caigo de sueño y me voy a dormir.
Ese día estaba cabreada, de mala ostia. La situaciones que fui viviendo me fueron cargando. Hablando con un amigo, me comentó que a él le iba bien irse a correr cuando estaba así. Le hice caso y salí. Quizás no correr, sino dar una vuelta y que me diese el aire en el silencio y calma nocturnos.

Tiraré la basura en el contenedor antes del paseo, les digo a mis hijos. Mi hija decide acompañarme, había hecho limpieza de la habitación durante el día y tenía varias bolsas. Salimos las dos y al llegar nos encontramos con un perro raza collie atado con su correa al pedal del contenedor. Como lleva placa con un número de teléfono, llamamos. No nos contesta nadie. Lo intentamos varias veces y nada. Dejamos un mensaje en el contestador. Mi hija, que estudia veterinaria, lo acaricia, lo palpa, lo observa.

Es muy viejito, tiene artrosis en las articulaciones, saca agua por la boca, lo cual es mala señal, puede tener un problema metabólico y morirse en cualquier momento; los dientes fatal.

Todo eso allí, las dos delante del contenedor mientras esperábamos a ver si nos estábamos equivocando y aparecía el dueño en cualquier momento, habiendo atado al perro momentáneamente. Pero no aparecía nadie y no era lógico que alguien atase a un perro así, a las 11 de la noche. Además, si venía el camión de las basuras y no veía al perro, lo podía haber matado!!

Decidimos subirlo a casa, algo teníamos claro: Floc (así se llama el perro) no iba a pasar la noche atado ahí en mitad de la calle a riesgo de su vida. El pobre estaba asustado y casi no se movía. Parecía muy bueno.

Encerramos a los gatos y le pusimos una manta en el suelo a Floc, le dimos de comer y de beber. Mi hija llamó a una colega suya veterinaria que nos advirtió que si el perro estaba muy enfermo de lo que ella sospechaba por los síntomas, le podían quedar pocas horas de vida y morirse durante la noche. Nos arriesgaremos, el perro se queda y mañana ya veremos.

Por la mañana Floc parecía más animado. Con mi hija reflexionamos y decidimos llamar a la protectora. Al pedir el número en información municipal, nos dijeron que si se trataba de un perro abandonado o perdido, debíamos llamar a la Guardia Urbana, que se haría cargo de todo, incluso de intentar localizar a los propietarios. Así lo hicimos y en media hora lo vinieron a buscar.

La historia tiene un final feliz: la tarde anterior, los propietarios habían denunciado su pérdida, por lo que Floc no iría a la protectora, sino que volvería a su casa.

Quedan puntos oscuros que nunca resolveremos:
  • ¿Cómo se puede escapar un perro viejo y con artrosis, más bueno que el pan?

  • ¿Por qué no contestaban a nuestras reiteradas llamadas telefónicas?

  • ¿Qué hacía atado al pedal de un contenedor?

Salí a dar un paseo para despejarme, que sólo llegó hasta las basuras, a 50 metros de casa, para encontrarme con un perro abandonado/perdido.

¡Me lo pensaré dos veces para volver a salir la próxima vez!!!!


Os dejo con unas fotos de Floc:


jueves, 1 de mayo de 2008

Te vas....




No sé si te vas, o si nunca has estado, o si has estado a tu manera y yo no me he enterado demasiado, o si no has estado tal como yo hubiera deseado. Pero ahora te vas desde la memoria y probablemente en breve ya no sabrás ni quién soy.

Te esfuerzas por no perder del todo el contacto con este mundo, por conservar puntos de referencia que te anclen en la realidad, por recordar nuestros nombres. Tengo miedo, cada día es un paso más hacia la desconexión, en un camino sin retorno.

Veranos de mar, de barca, de pesca, de arena y agua; viajes en coche, apiñados 7 en un espacio reducido, yo siempre en la ventana, me mareaba y más cuando fumabas escuchando el carrusel deportivo de los domingos regresando a casa tras el fin de semana.

Las partidas de canasta de los viernes con vuestros amigos, prohibidos los niños, solo yo tenía permiso para estar un rato con vosotros y comerme una pasta de té, de aquellas con capa roja glaseada, sentada en tus rodillas o acurrucada entre los brazos de mamá.

Tardes de invierno haciendo deberes en la mesa del comedor mientras tú leías tu eterno diario deportivo o mirabas la tele, tus largas piernas estiradas sobre un puf, en zapatillas.

Domingos con postres de nata, tus preferidos, debatiendo los partidos de voleibol que todos y cada uno de nosotros, tus 5 hijos, habíamos jugado en el fin de semana. Nunca nos poníamos de acuerdo y se montaban buenos saraos.

Tu vida ha sido tu trabajo y tu familia, aunque a veces me ha costado darme cuenta de ello.

Ahora que te vas, sólo hablas de estos dos temas: tu trabajo, tus hijos, tus nietos.

Vuelves a la infancia, confundes a mi madre con la tuya, preguntas por los que ya no están.

Siempre has dicho y sigues diciendo que la vida tendría que ser al revés: nacer viejos e ir rejuveneciendo; de alguna manera, lo estás haciendo.

Siempre has sido como un niño, disfrutando de todo lo que hacías, huyendo del dolor por la broma y la ironía.

Fuiste un niño de la calle, supongo que te sentiste muy solo y abandonado. Tu padre murió cuando sólo tenías 7 años, tu hermano mayor poco después. Aprendiste a no encariñarte demasiado con los amigos, tus seres queridos susceptibles de protegerte se fueron pronto. Fueron las mujeres las que te atendieron, primero tu madre y tu tía. Siempre te han gustado mucho y has ejercido sobre ellas tu poder de seducción. Enamoraste a mi madre, que sospecho que cayó rendida ante tus encantos, aunque, evidentemente, vuestra relación no ha sido un camino de rosas.

Buscabas mamás, a falta de papás. Ellas sí estaban, ellas sí te atendían. Falto de amor, falto de cariño, falto de ternura.

He comprendido tarde que sentías debilidad por mí, que yo era la niña de tus ojos, probablemente la más parecida a tí. No capté tu forma de demostrármelo.

¿Sabes Papá? Ahora me es igual si llegas a olvidar mi nombre, si no me recuerdas en breve, si no sabes quién soy.

Te quiero y te seguiré queriendo aún en el olvido de tu mente, porque sé que en tu corazón y en el mío seguimos unidos, siempre serás MI PAPÁ.