lunes, 27 de febrero de 2012

Carta a Sara

No hace ni 3 horas que te has ido a iniciar una nueva aventura en tu vida y ya te echo de menos.
No eres ni la primera ni la última hija que se va al extranjero a vivir, pero eres la mía, mi niña preciosa y querida.
Me siento afortunada de ser tu madre. Más allá de tu belleza interior y exterior, más allá de ser mi hija y por tanto, sentirme vinculada a ti desde las entrañas, hay algo más, imposible de definir si no es desde el alma.

Eres una mujer sana, adulta y niña a la vez, como debe ser, con tus imperfecciones aceptadas, con una inteligencia que me sorprende, con una bondad sin límites y un corazón inmenso.

No tengo palabras en estos momentos, sólo lágrimas, de tristeza y alegría, de añoranza y esperanza.

Buen viaje Sara, buena experiencia, y que los astros te acompañen en tu nueva experiencia vital.

Tu madre