En la ceremonia del té:
Vemos la maldad en los otros porque conocemos la maldad a través de nuestro comportamiento. Nunca perdonamos a los que nos hieren porque pensamos que nosotros nunca seríamos perdonados. Le decimos al prójimo la verdad dolorosa porque queremos esconderla de nosotros mismos. Nos refugiamos en el orgullo para que nadie pueda ver nuestra fragilidad. Por eso, siempre que estés juzgando a tu hermano, sé consciente de que eres tú quien está sentado en el banco de los acusados. (Okakura Kakuso, El libro del té, 1904).
6 comentarios:
Qué hermosa manera de poner tamaña verdad. Me ha encantado. Y es taaan cierto.
Un abrazo
Verdad de la buena.
:)
Gracias por colgarlo.
Petons
Amen.
Pero yo creo que en algún caso el orden puede ser invertido. Por ejemplo: perdonar para que nos perdonen…sea como fuere, el que este libre de pecado (como decía la Biblia) que lance la primera piedra. En fin que siempre ha sido dado eso de ver la paja en el ojo ajeno y no ver la biga en el propio…mayormente porque duele.
Besos viajanta y cuéntate algo mujer.
reflejos de nosotros mismos en los demás, queridas Meiga, Irre e Iria, ni más ni menos. Otras veces hemos hablado de ello, pero como dices Meiga, hermosa manera de decirlo, alto y claro.
Gracias a las 3
Besitos
"Nos refugiamos en el orgullo para que nadie pueda ver nuestra fragilidad": si solamente pudiéramos resolver esto, lo demás se resolvería por sí solo.
Gracias por el post, es luminoso.
Pues sí Nina, resolver el orgullo es tarea difícil. Podemos empezar por simplemente darnos cuenta de cuando aparece. Eso ya es una gran cosa.
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