"...Perls concibe la personalidad como formada por tres capas, la primera de ésta, en la superficie, con los roles que desempeñamos en la manipulación del ambiente, los juegos que jugamos, y dice que cuando nos despojamos de esta falsa personalidad nos encontramos con un área oscura, una nada, un vacío que él llama la capa implosiva; y afirma que sólo trabajando en atravesarla a través de una entrega a esa sensación muerta, uno puede llegar a una verdadera vida, es decir, al estrato explosivo de verdaderas emociones e impulsos.
El ejercicio de permanecer consciente lleva entonces al individuo típicamente a un impasse, a una nada en que las fuerzas de la resistencia son iguales a las suyas. Viene entonces el trabajo en el impasse, y en éste la finalidad es el restablecimiento de la atención a la actividad subyacente a la aparente parálisis. El paciente que parece desmotivado está el realidad desgarrado por fuerzas opuestas de igual fuerza y debe poder conectarlas. Más aún, debe reconocer que estas fuerzas opuestas son aspecto de él mismo y de su propio potencial. En términos psicológicos el ego debe identificarse con funciones y procesos enajenados.
Un ejemplo lo puede poner más claro. Cuando el terapeuta le pide al paciente que le ponga atención a su propia voz, el paciente toma conciencia de ella y declara notar una entonación triste. Mientras lo hace, cambia su expresión facial, y el terapeuta también le llama la atención sobre esto:
"sí, siento un poco húmedos los ojos"
El terapeuta le pregunta entonces
"¿qué dirían tus lágrimas si pudieran hablar?"
y su respuesta es
"nos sentimos tímidas, querríamos salir pero no nos atrevemos..."
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