domingo, 31 de octubre de 2010

HORROR VACUI



¿Alguna vez habéis sentido miedo al vacío? "Horror Vacui" creo que le llaman en plan sabio.
A mí el vacío, efectivamente, me horroriza. Tengo vértigo y soy incapaz de subirme a una montaña rusa; es más, si voy en coche con otro conduciendo, lo paso mal en los cambios de rasante, o sea, es exagerado lo que me pasa con la sensación esa de que se me sube el estómago a la boca. Lo que para otros es un disfrute, para mí es la peor de las pesadillas.
Desde muy pequeña que soy consciente de ese miedo que traspasa todo razonamiento o intelectualización; es físico. Desaparece la mente, desaparece el mundo y sólo queda esa angustiosa sensación. Con 6 o 7 años mis padres me subieron a una montaña rusa para niños en Montjuic y fueron tales mis alaridos de terror que pararon la atracción por mí. Desde entonces...nunca mais.

Me he dado cuenta de que ese miedo va mucho más allá de lo simplemente físico y quizás, como dice Osho, es algo existencial, metafísico y que tiene que ver con la pérdida del paraíso que es estar en el útero materno, el momento de máxima perfección de nuestra vida, donde nos sentimos completos, protegidos, en perfecta comunión con todo....con todo lo que conocemos, sin mentes, pensamientos ni neuras que valgan. Tiene que ver con lo divino, no con el Dios católico, sino con lo que es más grande que nosotros y ¡casi todo es más grande que nosotros! La naturaleza, el cosmos, la energía de todo ello, la humanidad entera junta, la existencia, al fin y al cabo.

En el plano de nuestra pequeña dimensión, materializo ese terror llenando mi cuerpo de elementos perjudiciales para mi salud como tabaco, otras drogas como el café y algún que otro porrillo,  y comida sin tener hambre; en el plano emocional, encuentros personales de todo tipo; y en el plano intelectual, internet y TV especialmente.

Me ha gustado encontrar esta meditación de Osho sobre el miedo al vacío. Me tranquiliza que sea algo que va más allá de mí misma. 
He puesto ya mi intención en contactar con ese vacío y llegar hasta donde pueda con ello, no desde la exigencia, no desde la obligación, sino desde un lugar al que me cuesta acceder y con el que contacto cada vez más, que es desde la TERNURA por mí misma, desde el cuidarme y tratarme con suavidad y compasión.


MEDITACIÓN PARA EL MIEDO AL VACÍO

Todas las noches antes de dormir, proponte cerrar los ojos durante veinte minutos y entrar en tu vacío. Acéptalo, déjalo estar ahí. Si aparece el miedo, déjalo estar también. Tiembla de miedo pero no rechaces ese espacio que está naciendo ahí. Al cabo de dos o tres semanas empezarás a sentir su belleza, empezarás a sentir su bendición, el miedo desaparecerá por su propia cuenta. No debes luchar con él.

Siéntate de rodillas en el suelo, o en una postura cómoda para ti. Si tu cabeza empieza a inclinarse hacia delante lo hará permítelo. Te quedarás en una postura casi uterina, como el niño dentro del útero de la madre. Tu cabeza empezará a tocar las rodillas, o el suelo... permítelo. Entra en tu propio útero y quédate ahí. No uses técnicas, no uses mantras, no hagas esfuerzo, simplemente quédate ahí. Familiarízate con lo que hay. Es algo que no has conocido antes. Tu mente está recelosa porque esto viene de una dimensión muy diferente y desconocida. La mente no puede con esto. Nunca ha conocido nada parecido, de modo que está extrañada, quiere categorizarlo y etiquetarlo.

Pero lo conocido es la mente, y lo desconocido es Dios. Lo desconocido nunca se convierte en parte de lo conocido. Cuando se convierte en parte de lo conocido, deja ser el Dios desconocido. Lo desconocido seguirá siendo incognoscible. Aunque lo hayas conocido, seguirá siendo desconocido. Este misterio no tiene solución. El misterio es intrínsecamente irresoluble.

Todas las noches, entra en ese espacio. Tendrás miedo, temblarás, pero eso también está bien. Poco a poco, el miedo irá disminuyendo y cada vez disfrutarás más. De repente, al cabo de tres semanas, verás que un día surgen tantas bendiciones, tu energía aumentará tanto, tu ser tendrá tanta alegría, que es como si se hubiese acabado la noche y saliese el sol por el horizonte. - Osho -


Y para despedirme por hoy, os dejo con una foto con un toque de humor para este tema tan serio.... y es que nada es tan importante como para dramatizarlo. Simplemente somos humanos....


No hay comentarios: