Los ojos me hacen "pampallugas" (creo que no existe esta palabra, al menos en castellano, pero es igual, ya me entendéis) de estar mucho rato delante de la pantalla. Regreso a casita-blog tras visitaros a muchos de vosotros, lo cual hago poco ya que mi trabajo se desarrolla lejos de los ordenadores y mis días de asueto...intento que también.
No sé si habéis oído hablar de un libro y una peli que se llaman El Secreto (The Secret). La peli no la he visto y el libro lo estoy leyendo. En resumidas cuentas viene a hablar del pensamiento positivo y de la lay de atracción. Me he resisitido a leerlo ya que he sido una gran detractora del pensamiento positivo. Me explico: por mi carácter, tengo tendencia a buscar siempre el lado positivo de las cosas, el aprendizaje que cualquier experiencia, por dolorosa que sea, comporta. Ese ha sido mi mecanismo neurótico para evitar el dolor, para no sentirlo, creyendo así hacerlo desaparecer. Craso error. El dolor sigue ahí, haciendo de las suyas, sin que yo me entere, perjudicándome desde mi inconsciencia.
He descubierto que lo que yo creía una gran virtud es mi peor enemigo: el pensamiento positivo puro y duro. Ha sido mi vía de escape, mi huida para adelante, la lucha conmigo misma desde la exigencia de ir siempre más allá de donde estoy para, simplemente, no sentir.
La no aceptación del dolor es la causa del sufrimiento. El dolor es inherente al ser humano. El sufrimiento no.
El pensamiento positivo es "positivo" (valga la redundancia), es útil y beneficioso si va acompañado de la emoción correspondiente. Si piensas una cosa y sientes lo contrario, aunque no seas consciente de ello, no sirve de nada o, mejor dicho, sirve para huir de esa emoción negativa, taparla, ignorarla.
Lo que yo hacía era estar mentalmente en la abundancia, en la alegría, en lo positivo e internamente, emocionalmente estaba en la carencia, en la queja, en la tristeza.... y no me enteraba. Lo que mostraba a los demás era esa cara con una sonrisa estilo profidén y recuerdo que me cabreé como una mona un día que una persona me dijo que tenía la mirada triste.
La sombra, la neura aparece por donde menos lo esperamos y por donde no podemos controlarla. Cuando me dí cuenta de que emocionalmente estaba agotada por la lucha que se libraba en mi interior por no aceptar mi lado oscuro, por no querer ver mi pesimismo interno, mi queja, mi mirada ciega puesta siempre en la carencia, en lo que me falta y no en lo que tengo, cuando pude finalmente ver que todo era un montaje mental que tapaba mi dolor, me derrumbé.
A veces es necesario que caiga la torre (y la mía era muy alta) para poder reconstruir con una base sólida. He descubierto que el dolor duele menos que el sufrimiento. Ahora, cuando siento dolor, le doy espacio, lo escucho y lo siento. Acepto mis momentos de tristeza sin intentar aparentar que todo está bien. Esa aceptación del dolor es la auténtica sanación, ya que sólo transitándolo con todas sus consecuencias puedo ver la luz al final del túnel. Esa luz es la auténtica alegría, la serenidad, la mirada puesta en la abundancia, en la ternura, en la amistad, en el amor. Desde esa placidez emocional puedo tener pensamientos positivos y dirigir mi energía hacia lo que yo quiero en mi vida, agradecida por lo que tengo.
La cuestión es aceptar lo que hay: si hay dolor, dolor; si hay tristeza, tristeza; si hay miedo, miedo; si hay angustia, angustia; si hay rabia, rabia, sin intentar cambiarlo, sin intentar rectificar nada, sin querer obviarlo ni esconderlo ni taparlo. Es una rendición, la entrega a lo que es, aquí y ahora.
Sólo desde esa aceptación y desde transitar el dolor, éste va menguando, disminuyendo hasta desaparecer. La lucha lo engrandece, la entrega lo deja indefenso.
La polaridad opuesta al dolor es el placer. Si me niego uno, me niego el otro; si acepto el primero, alcanzo el segundo.
El dolor auténtico es sereno. Cuando hay histrionismo, es una dramatización que nos impide sentir de verdad. O todo lo contrario: un helor que congela y también impide sentir.
En resumen, pensamiento positivo sí, si va acompañado de una auténtica sensación de bienestar que invade todo el cuerpo; porque somos seres que no sólo tenemos cerebro y la sincronía de todo es lo que nos proporciona autenticidad.
El secreto es la ley de atracción: atraemos aquello que pensamos, aquello que tenemos en mente. Pero cuidado!! si pienso: "no quiero estar enferma", el pensamiento es "estar enferma", incido en la idea de enfermedad por lo tanto atraeré enfermedad. Si lo pongo en positivo: "quiero salud", incido en la idea de salud; de la misma manera si pienso: "no quiero deudas", atraigo deudas; por lo tanto debo pensar en "quiero dinero".
Si internamente e inconscientemente no me considero merecedora de dinero, de abundancia, de salud, eso interferirá inmediatamente con mi pensamiento y lo neutralizará, por lo que eso que deseo mentalmente no llegará a mi vida.
Os dejo un vídeo del Secreto. Asó os haréis una idea sobre el tema de esta peli y de su libro.
lunes, 14 de enero de 2008
El secreto
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19 comentarios:
Me ha encantado tu escrito, Ana. Y me ha hecho sonreír porque, a lo largo de este año, yo también he aprendido a dar rienda suelta a mis emociones (negativas y positivas), aceptándolas.
Lo que ya me cuesta más aceptar es lo que dicen en el vídeo. Quizás es por cómo lo presentan (tan norteamericanos, ellos)... no sé.
En cualquier caso, me ha llegado tu mensaje y me parece tan sensato como valioso.
Mil gracias.
Bon dia Irre, qué matinera!! el vídeo, a mí tampoco me gusta. Me pasé horas intentando encontrar uno un poco decente y éste es el mejor que encontré. Una de las razones por las que me he resistido a leer el Secreto es justamente el tipo de marketing que le han metido. Si dejamos de lado el estilo yanki y nos quedamos con el mensaje esencial, lo que nos dice es que somos responsables de nuestra vida y de lo que nos pasa; dice que llegando a una sincronía total de nuestro ser estamos en sincronía con la energía universal y eso produce beneficios en todos los ámbitos, no sólo el económico; dice que tenemos el poder de generar todo aquello que deseemos y si no lo conseguimos es porque internamente, en algún lugar de nuestro interior, lo negamos o lo abortamos. Fíjate cuando hablas, obsérvate para descubrir cuantas frases en negativo pronuncias y ponlas en positivo, tal como comento en la entrada; observa si realmente crees con total convencimiento que eso se va a producir o algo en ti dice: va, imposible!! yo nunca alcanzaré eso... o algo similar.
Ellos lo venden como un gran secreto y en realidad "no es más" que lograr la integración total con nosotros mismos... jeje... fácil no?? jajajajaj!!
Petonets
Hola Ana. Hace algún tiempom que leo tu blog desde el silencio, llegué de casualidad, y la verdad es que me gusta mucho. Hoy no puedo resistirme a escribir, me ha encantado tu post, estoy intentando llegar a ese momento, a ese tipo de pensamientos, ahí estoy trabajando en ello a nivel personal...
Gracias por ponerme las cosas delante y ayudar a pensar que voy por el buen camino.
No he visto el video, ahora temgo que irme, pero si conoces de algún libro que tenga que ver con el tema del que hablas, aparte de "el secreto", te lo agradecería enormemente.
Un beso,
Monike.
Esa aceptación reporta grandes beneficios, pero no es nada sencilla. Uno se puede pasar la vida entera intentándolo y fracasando en el intento. Pero ese intento ya es un grandísimo avance.
Me ha encantado cómo expresas algo tan íntimo e individual.
Besitos/azos.
Sin duda alguna, Ana, la manera cómo nos hablamos a nosotros mismos nos define. Hubo en tiempo en que tuve que ir a terapia y aprendí a reconocer mi severísimo grado de autoexigencia. Todas las frases que construía sobre mí misma eran del tipo: "tengo que" "no debería" etc. Espeluznante.
Pero como dice Mariano, del dicho al hecho hay mucho trecho y nuestra mente tiene automatismos muy, muy anclados que no son nada fáciles de eliminar.
Pero bueno, en ello estamos. Y lo mejor de todo es ser consciente del esfuerzo que conlleva y no por ello tirar la toalla.
A este mundo hemos venido a aprender. Nada más y nada menos.
Més petons
Por cierto,lo de que "els ulls et fan pampallugues" en castellano sería: "los ojos me hacen chiribitas".
De nada.
:-P
hola ana, los sentimientos positivos y negativos, forman parte de uno, como el éxito y el fracaso,lo que no podemos es regodearnos en ellos. la parte espiritual es muy importante no podemos olvidar que también tenemos cuerpo y existe una interrelación muy fuerte entre ambos.
la actitud positiva creo que es muy importante, el amor hacia uno mismo y los demás, es lo que nos da fuerza para aceptarnos, intentar que la balanza no oscile muy brusca en un equilibrio dinamico.
besos
buf, yo me siento bastante lerda cuando hablo de estas cosas... mi desconocimiento es absoluto. en mi caso, creo que apenas tengo problemas para aceptar las decepciones, el dolor, la alegría... soy visceral, pero muy racional al mismo tiempo, no sé cómo explicarlo. Creo, como dices, Ana, que es importante aceptar todo lo que forma parte de la vida. un besiño.
Vaya, me has venido como anillo al dedo. Yo tengo ahora un revoltijo de sentimientos que ya no sé cual es positivo o cual negativo.
Y tanto darle al coco me está descentrando. Lo mejor, para mi, para ser positiva es no tener cerebro ¿si lo desconecto? jaajaaj
besitos
Hemos hablado tantas veces de este tema Ana...tengo poco que decir a lo que tú ya has explicado, como dice Mariano el intento ya es un gran avance.
El pensamiento lo elegimos, el sentimiento no. Desde esta base y siendo los acontecimientos multideterminados al pesimismo le es fácil aferrarse a las explicaciones negativas; aquí la tares seria generar pensamientos realistas y lógicos, verificar su certeza y no olvidar que aquello que pensamos puede determinar mucho o en gran parte lo que nos sucede.
Sea como fuere, el sentimiento y el pensamiento van asociados a la vida y para mi es sentir y pensar y lo justo es no matar ni al sentimiento ni al pensamiento.
Muchos besitos hermana.
de nuevo pido por favor alguna referencia a alguna lectura sobre el tema, si us plau...
monike
Hola Monike, bienvenida a mi blog. Gracias por tu comentario y por leerme. El secreto, tal como digo, habla de la Ley de atracción. No conozco ningún otro libro que hable de ella. Si te refieres a lo que comento sobre mi propio proceso, de aceptar las cosas y lo que pasa en mí tal como es, yo me baso en la terapia Gestalt. Si es eso lo que te interesa, sí te puedo decir algunos títulos. Ya me dirás. Un beso
Hola de nuevo, Ana. Gracias por contestar.
Efectivamente no me refería a la ley de la atracción, sino a tu referencia a los sentimientos y a los pensamientos, a si coinciden o nos tapamos los primeros con los segundos y la angustia que genera...estoy en ello, haciendo una especie de terapia, y me gustaria saber más sobre el tema. Me acabo de leer un libro de psicoterapia gestalt muy introductoria, tan sñolo habla de las bases que ya es algo, pero si me recomendaras algo más estaria encantada. gracias por tu blog y ánimo a continuarlo. Besos. Monike
Mariano: es cierto que fácil no es, yo creo que el intento vale la pena, a pesar de pasar por momentos dolorosos.Un besazo
Irre: gracias por las "chiribitas" jeje, qué palabra tan graciosa!! En gestalt tenemos prácticamente prohibidos los tengo que y los debería. Lo que Freud llamaba super yo, nosotros lo llamamos el perro de arriba, que nos dice todo lo que DEBERÍAMOS y NO DEBERÍAMOS hacer. También hay un perro de abajo que es el boicoteador: bah, para qué, total, si tampoco lo harás bien, etc... A más DEBERÍA, tal como dices tú, más exigencia. Seguiremos aprendiendo!!!
Des: la aceptación de lo que es, de lo que hay es la piedra básica del cambio, si es que se quiere cambiar, claro está, y también suele ser lo más difícil. No sólo es la aceptación de cómo somos, que ya tiene tela, sino de todo lo que pasa a nuestro alrededor y eso ya es la reostia!!
Inte: sería genial poder desconectar el cerebro. Y si hay revoltijo, pues hay revoltijo, hay confusión y eso es tu realidad ahora mismo. A veces, querer salir de ahí provoca aún más confusión. Muchos ánimos wapa!!
Iria: lo de que el pensamiento lo elegimos...mmm, depende, a veces no. A menudo no controlamos nuestra mente y nos aparecen pensamientosde queja, negativos y no hay manera de sacarlos de ahí. Hacer coincidir pensamientos y sentimientos es armonía.
Monike: puedes leer "Sueños y existencia" de Fritz Perls, el padre de la Gestalt. Es un buen libro en el que Perls muestra como trabaja en casos prácticos. Para profundizar más en la teoría, La vía del Vacío Fértil, de Francisco Peñarrubia.También hay uno de Claudio Naranjo que ahora mismo no recuerdo el título, ya te lo buscaré. El problema de Claudio es que su forma de escribir es bastante pesada, pero ese libro está muy bien. De todas formas, la Gestalt, desde mi punto de vista, es una terapia que hay que vivenciar. No te haces una idea de cómo funciona hasta que no la pruebas.
Un abrazo a todos y gracias por vuestros comentarios.
El dolor auténtico es sereno. Cuando hay histrionismo, es una dramatización que nos impide sentir de verdad. O todo lo contrario: un helor que congela y también impide sentir.
Me ha encantado este párrafo. Hay una persona muy cercana que manifiesta su dolor (en general todas sus emociones) de forma excesivamente histriónica y siempre he intuido que había algo de falso en ello, que esa histrionismo estaba deformando, tapando, la verdadera emoción. Así que leer lo que dices me ha encantado. Un beso.
Miroslav:Esa forma histriónica (o todo lo contrario) es un mecanismo neurótico de defensa, por lo tanto inconsciente. Cada uno de nosotros tiene los suyos y creemos que nuestra forma de reaccionar ante el dolor es auténtica y de alguna forma lo es... hasta que descubrimos, a través de un proceso personal, que son maneras de sentir menos el dolor.
Gracias!!! un beso
He oido acerca de El Secreto. Muchas de las cosas que cuenta son totalmente irrefutables, aunque tengo algunas reservas.
Me alegro de que te haya servido apra comprenderte mejor y conseguir ser más auténticamente tú misma.
Un abrazo
Meiga, bienvenida a mi blog. Yo también tengo mis reservas con respecto al Secreto. De hecho, lo que explico que he aprendido de mí misma es gracias a la Gestalt, no al Secreto. Mi opinión es que es cierto que somos responsables de nuestra vida, pero tengo la sensación de que el secreto induce mucho a más de lo mismo, planificar desde la mente, pensamiento positivo y a mí me ha hecho más mal que bien. De todas formas, como tú dices, hay cosas interesantes.
Un abrazo
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