Daoud Hari, víctima y testigo del genocidio de Darfur
"Enterré a mi hermano en la arena"
VÍCTOR-M. AMELA - 26/05/2008 (Contra de la Vanguardia)
Tengo unos 35 años: mi tribu no usaba registros oficiales. Nací en el norte de Darfur, en Sudán, y hoy vivo refugiado en EE. UU. Ni estoy casado ni tengo hijos.
¿Política? La odio. ¿Dios? Soy musulmán, pero por mi cuenta. Tengo fe en mí mismo y lucho por la paz en Darfur.
¿Qué pasó en su aldea?
Los helicópteros la ametrallaron, quemaron las chozas, los yanyauid mataron a los que se quedaron a defenderla, como mi hermano Ahmed. Arrasaron todo. Había sido una buena aldea...
¿Qué hizo usted?
Ayudé a la gente a huir a la montaña, entre ellos mis padres y mi hermana, con todos los camellos y ovejas que pudimos. Volví al día siguiente y enterré a mi hermano en la arena. Luego, con nuestros camellos, ayudé a los desplazados a refugiarse en Chad.
¿Cuándo sucedió eso?
En el 2003. Desde entonces, el gobierno de Sudán y los yanyauid llevan 300.000 personas asesinadas, miles de aldeas destruidas, dos millones y medio de habitantes de Darfur desplazados. Darfur, al occidente de Sudán, equivale en extensión a una España de desiertos, cordilleras y sabana.
¿Quiénes son los yanyauid?
En la lengua de los zaghawa, mi etnia, yanyauid significa "jinete armado": así llamamos a los árabes nómadas, que van a caballo y con fusiles. Cuando yo era niño eran amistosos y convivíamos con ellos.
¿Y por qué las cosas cambiaron?
Los zaghawa agricultores y los yanyauid ganaderos tenían disputas, pero las resolvían los respectivos jefes... hasta que el gobierno espoleó a los yanyauid contra nosotros.
¿Con qué fin?
Nosotros hemos sido siempre autónomos y trabajadores, sacábamos muy buena riqueza de nuestra tierra. En mi pueblo, en el norte de Darfur, en la zona desértica, la prosperidad se mide en camellos: mi padre tenía 150 camellos, mi familia se ha dedicado al pastoreo y trata de camellos durante generaciones, que vendíamos en Libia, Egipto...
¿Quiso el gobierno robar sus tierras?
Es un gobierno despótico y genocida, apoyado por China: las empresas chinas quieren campo libre para sus explotaciones de petróleo y recursos naturales. La camarilla gobernante las ayuda y se beneficia. China la provee de armas, que van gratis a los yanyauid para que nos maten, a cambio de beneficios.
Eso se llama genocidio.
Lo es, y continúa. ¡Lo triste es que hagan más por nosotros cuatro estrellas de Hollywood que todos los gobiernos europeos juntos! Agradezco a Mia Farrow, George Clooney, Don Cheadle, Angelina Jolie y Brad Pitt que divulguen nuestra tragedia...
¿Qué debería hacerse, en su opinión?
La ONU debería enviar tropas para garantizar la seguridad física y la vida de miles de civiles. Es lo mínimo.
¿Qué es lo peor que ha visto usted?
Ayudé durante meses a desplazados, y he visto a niñas violadas por los yanyauid, a madres con hijos muertos de hambre en los brazos, a padres trastornados..., ¿acaso hay algo peor que ver cómo matan a tu hijita?
No creo.
Recuerdo a un desplazado: había enviado a su hija de cinco años a correr entre los árboles mientras él se enfrentaba a un yanyauid. Apresado, lo ataron y comenzaron a torturarlo. Entonces su hija salió de entre los árboles y corrió hacia él... Había oído a su padre gritar, claro... La niña lo llamaba llorosa: "¡Abba, abba!" (papá, papá) mientras corría hacia él. El yanyauid se volvió, apuntó hacia ella la bayoneta, ensartó a la niña, levantó el fusil en alto con ella atravesada y dejó que la sangre de la niña lo fuese empapando...
¿Y el padre lo presenciaba todo?
Él mismo me lo contó. Estaba trastornado y repetía: "¿Era un hombre o un demonio?" Aquel yanyauid, bañado en la sangre de la niña, bailaba mientras ella agonizaba sobre su cabeza. La niña movía los labios queriendo decir abba,me contó su padre...
No sé qué más puedo preguntarle.
Ayudé a muchos periodistas occidentales a recorrer la zona masacrada, para que lo contasen al mundo. Me he jugado la vida varias veces, pero eso ya no importa: cuando muera me reuniré con los míos en el cielo.
¿Cómo contactó con los periodistas?
Yo había trabajado en Egipto, y sabía inglés. Me ofrecí a los periodistas como intérprete. Al internarnos en Darfur con un periodista, Paul Salopek, los sudaneses nos apresaron. La esposa de Paul se movió frenéticamente en Washington y logró que liberasen a Paul.
¿Y usted?
Cárcel y palizas: el gobierno me tenía por espía. Me habrían matado de no ser porque Paul logró que las autoridades norteamericanas presionasen. Hoy soy el tercer refugiado de Darfur acogido por Estados Unidos. ¡Ojalá acogieran a tantas viudas, tantos huérfanos como hay! Sus vidas peligran...
¿Y su familia?
Mi padre murió al saber que me habían detenido. Casi toda mi familia está en el cielo.
¿Qué planes tiene usted?
Un proverbio de mi pueblo dice: "No pienses más allá de siete días". Yo, cada día, me muevo sólo para difundir esta tragedia y que acabe la matanza. Hasta que haya paz para mi país, yo no haré planes para mí. Ojalá pueda hacerlos.
¿Puedo ayudar?
Una entrevista como esta es una buena ayuda. Gracias. Aprovecho y pido otra cosa.
¿Qué?
No sigan la corriente a los Juegos Olímpicos de Pekín: el Gobierno chino alienta el genocidio de Darfur, nos expolia, nos asesina con sus armas. Me parece inmoral colaborar en esos Juegos sabiendo todo esto.
4 comentarios:
Había oído ya algunas cosas nada positivas sobre la actividad de los chinos en África... pero esto se lleva la palma.
:(
Ojo, y no sólo los chinos, está claro. Que a África la hemos desangrado entre todos...
Un petó, Ana, i gràcies per penjar aquesta entrevista.
Pues sí Irre, a Africa la hemos desangrado entre todos y todo lo que se pueda hacer ahora es poco. Yo tengo las Olimpiadas de Pekín atragantadas y eso que, por haber sido deportista tanto tiempo, solían ser motivo de mucha alegría para mí, pero así no.... así no.
Petons
Hola Ana!! Ojala ves esto. Trabajo en Amnistía Internacional México y estamos a punto de lanzar una campaña por Darfur, tienes el contacto de esta persona que entrevistaste??? muchas gracias!!
Lo siento anónimo, tal como indico al principio, esta entrevista salió en un periódico de Barcelona, no lo entrevisté yo.
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