No sé si te vas, o si nunca has estado, o si has estado a tu manera y yo no me he enterado demasiado, o si no has estado tal como yo hubiera deseado. Pero ahora te vas desde la memoria y probablemente en breve ya no sabrás ni quién soy.
Te esfuerzas por no perder del todo el contacto con este mundo, por conservar puntos de referencia que te anclen en la realidad, por recordar nuestros nombres. Tengo miedo, cada día es un paso más hacia la desconexión, en un camino sin retorno.
Veranos de mar, de barca, de pesca, de arena y agua; viajes en coche, apiñados 7 en un espacio reducido, yo siempre en la ventana, me mareaba y más cuando fumabas escuchando el carrusel deportivo de los domingos regresando a casa tras el fin de semana.
Las partidas de canasta de los viernes con vuestros amigos, prohibidos los niños, solo yo tenía permiso para estar un rato con vosotros y comerme una pasta de té, de aquellas con capa roja glaseada, sentada en tus rodillas o acurrucada entre los brazos de mamá.
Tardes de invierno haciendo deberes en la mesa del comedor mientras tú leías tu eterno diario deportivo o mirabas la tele, tus largas piernas estiradas sobre un puf, en zapatillas.
Domingos con postres de nata, tus preferidos, debatiendo los partidos de voleibol que todos y cada uno de nosotros, tus 5 hijos, habíamos jugado en el fin de semana. Nunca nos poníamos de acuerdo y se montaban buenos saraos.
Tu vida ha sido tu trabajo y tu familia, aunque a veces me ha costado darme cuenta de ello.
Ahora que te vas, sólo hablas de estos dos temas: tu trabajo, tus hijos, tus nietos.
Vuelves a la infancia, confundes a mi madre con la tuya, preguntas por los que ya no están.
Siempre has dicho y sigues diciendo que la vida tendría que ser al revés: nacer viejos e ir rejuveneciendo; de alguna manera, lo estás haciendo.
Siempre has sido como un niño, disfrutando de todo lo que hacías, huyendo del dolor por la broma y la ironía.
Fuiste un niño de la calle, supongo que te sentiste muy solo y abandonado. Tu padre murió cuando sólo tenías 7 años, tu hermano mayor poco después. Aprendiste a no encariñarte demasiado con los amigos, tus seres queridos susceptibles de protegerte se fueron pronto. Fueron las mujeres las que te atendieron, primero tu madre y tu tía. Siempre te han gustado mucho y has ejercido sobre ellas tu poder de seducción. Enamoraste a mi madre, que sospecho que cayó rendida ante tus encantos, aunque, evidentemente, vuestra relación no ha sido un camino de rosas.
Buscabas mamás, a falta de papás. Ellas sí estaban, ellas sí te atendían. Falto de amor, falto de cariño, falto de ternura.
He comprendido tarde que sentías debilidad por mí, que yo era la niña de tus ojos, probablemente la más parecida a tí. No capté tu forma de demostrármelo.
¿Sabes Papá? Ahora me es igual si llegas a olvidar mi nombre, si no me recuerdas en breve, si no sabes quién soy.
Te quiero y te seguiré queriendo aún en el olvido de tu mente, porque sé que en tu corazón y en el mío seguimos unidos, siempre serás MI PAPÁ.
Te esfuerzas por no perder del todo el contacto con este mundo, por conservar puntos de referencia que te anclen en la realidad, por recordar nuestros nombres. Tengo miedo, cada día es un paso más hacia la desconexión, en un camino sin retorno.
Veranos de mar, de barca, de pesca, de arena y agua; viajes en coche, apiñados 7 en un espacio reducido, yo siempre en la ventana, me mareaba y más cuando fumabas escuchando el carrusel deportivo de los domingos regresando a casa tras el fin de semana.
Las partidas de canasta de los viernes con vuestros amigos, prohibidos los niños, solo yo tenía permiso para estar un rato con vosotros y comerme una pasta de té, de aquellas con capa roja glaseada, sentada en tus rodillas o acurrucada entre los brazos de mamá.
Tardes de invierno haciendo deberes en la mesa del comedor mientras tú leías tu eterno diario deportivo o mirabas la tele, tus largas piernas estiradas sobre un puf, en zapatillas.
Domingos con postres de nata, tus preferidos, debatiendo los partidos de voleibol que todos y cada uno de nosotros, tus 5 hijos, habíamos jugado en el fin de semana. Nunca nos poníamos de acuerdo y se montaban buenos saraos.
Tu vida ha sido tu trabajo y tu familia, aunque a veces me ha costado darme cuenta de ello.
Ahora que te vas, sólo hablas de estos dos temas: tu trabajo, tus hijos, tus nietos.
Vuelves a la infancia, confundes a mi madre con la tuya, preguntas por los que ya no están.
Siempre has dicho y sigues diciendo que la vida tendría que ser al revés: nacer viejos e ir rejuveneciendo; de alguna manera, lo estás haciendo.
Siempre has sido como un niño, disfrutando de todo lo que hacías, huyendo del dolor por la broma y la ironía.
Fuiste un niño de la calle, supongo que te sentiste muy solo y abandonado. Tu padre murió cuando sólo tenías 7 años, tu hermano mayor poco después. Aprendiste a no encariñarte demasiado con los amigos, tus seres queridos susceptibles de protegerte se fueron pronto. Fueron las mujeres las que te atendieron, primero tu madre y tu tía. Siempre te han gustado mucho y has ejercido sobre ellas tu poder de seducción. Enamoraste a mi madre, que sospecho que cayó rendida ante tus encantos, aunque, evidentemente, vuestra relación no ha sido un camino de rosas.
Buscabas mamás, a falta de papás. Ellas sí estaban, ellas sí te atendían. Falto de amor, falto de cariño, falto de ternura.
He comprendido tarde que sentías debilidad por mí, que yo era la niña de tus ojos, probablemente la más parecida a tí. No capté tu forma de demostrármelo.
¿Sabes Papá? Ahora me es igual si llegas a olvidar mi nombre, si no me recuerdas en breve, si no sabes quién soy.
Te quiero y te seguiré queriendo aún en el olvido de tu mente, porque sé que en tu corazón y en el mío seguimos unidos, siempre serás MI PAPÁ.
19 comentarios:
Qué bonito Ana; precioso, muchísimo amor muy bien condensado en unas letras y mejor experimentado en tu corazón.
No tengo muchas más palabras… y además sobrarían.
Un Abrazo muy grande para ti y otro para él, que tú le darás.
P.S. Ana es el post, entrada más hermoso que te he leído y te he leído muchos y todos me han gustado…algunos incluso me han dejado sin palabras, bien lo sabes, pero este, de este no quería irme sin decirte que incluso se me han erizado los bellos. El mejor, sin duda.
Gracias Iria, lo he escrito con lágrimas en los ojos. Tus comentarios son importantes para mí. Un abrazo desde el corazón
Tía eres la caña... precioso... me conquistas con estas palabras que escribes... besotes muy grandes para ti y para los tuyos. Suerte tienen de tenerte tan cerca...
qué pasada! desgarrador, lleno de amor, no sé, tía, es, como dice iria, una de las mejores entradas que has hecho.
Ana, que bien que hayas podido articular este post tan hermoso para tu padre. Dicen que madre no hay más que una, pero padre también, sólo hay uno. Y aunque las relaciones a veces no sean fáciles, siempre los llevamos dentro, porque somos una parte de ellos.
Siento que estés pasando por estos momentos tan duros. No ha de ser fácil ver como un padre se va marchando cuando físicamente sigue estando ahí.
Estoy segura de que esa fuerza tan hermosa que tienes dentro y que reluce como el oro te ayudará a disfrutar lo más posible de los ratos que aún tenéis por delante, con o sin memoria...
Un abrazo enorme para tí.
Tootels, hago lo que puedo, la situación es difícil. Gracias por estar ahí. Besos para tí también.
Jo, Des, me descolocas!! por la manera de escribir imaginaba que eras tú, pero he tenido que entrar en el blog para asegurarme!! A ver si tengo tiempo de pasearme por tu nueva casa, últimamente me paseo poco por aqui!!
Gracias Meiga, intento aprovechar al máximo los momentos que puedo pasar con él. Esta tarde me lo he llevado a pasear por el barrio gótico de Barcelona, donde él nació y pasó su infancia y juventud. Curiosamente, ahí se acuerda de todo, se orienta a las mil maravillas. Hemos disfrutado de lo lindo los dos y he hecho fotos, una especie de reportaje fotográfico de su barrio, adobado con lo que él me iba contando. Estoy contenta!!
Que así sea...
Ay An, que belleza de escrito, estoy con los ojos vidriosos, bah ya se nublaron, jo...
Me gustó mucho muchísimo...No puedo escribir mas guapa
un beso
Jope, Ana, me voy de puntillas, con lágrimas en los ojos y un terrible nudo en la garganta...
(Un beso enorme para ti y para tu padre, y que el camino hacia el olvido sea lo menos arduo posible para ambos.)
Vilo, así es....
Monik, Irre, gracias por mostrarme vuestra sensibilidad.
Y gracias a todos por acompañarme en estos momentos. Tiene ratos. El otro día le dijo al portero del edificio donde viven él y mi madre que su mujer había muerto y que había una señora en su casa que no conocía. Imaginaros el susto del conserge!! En cambio esta tarde estaba bien, reconociéndonos a todos.
Besos!!
Mi padre tiene alzheimer. Su estado externo es en una silla de ruedas, apenas habla y, a simple vista no parece que nos reconozca. Pero como he hecho muchas cosas, reiki entre otras, pues, a veces las apariencias no son lo que parecen. Me acuerdo un día, hace algunos meses, le dió un bajón y no reaccionaba, le dije, papá tienes que salir por la cabeza (los budistas dicen que es lo mejor) él me contesto: "no me da la gana" mi sensación fué que decía "hija no me seas tan listilla, cariño, que no tienes ni idea". Cada vez que vamos a verle, salgo "espírica" de contenta, me parece que más que darle reiki a él, me lo da él a mí. Podría contar muchas cosas de como se ha estructurado mi familia (hasta mis primos)desde que él, se supone que no se entera, pero no me quiero alargar más. No te pierdas los pequeños detalles, a veces, son "flipantes". Un saludo.
Gracias Juana, estaré atenta a todo lo que me dices. Me ha gustado que me contaras esto de tu padre. Me ha animado.
Un beso
soy yo, soy yo, ya ves, cada día más loca!
Jeje, Des!! (para mí, aquí siempre serás Des, me va a costar llamarte de otra manera!!) Mu bien, mu bien, eso de estar cada día más loca, es muy sano!!!
Son tan tristes las depedidas. y tan intenso eso de sentir por alguien que se ha ido.
Sacudes Ana!
petons!
Wilde, una despedida muy rara, no sé cómo definirla. Eso de irme despidiendo de alguien que todavía está ahí, con su presencia, es muy raro. Por mi trabajo con los ancianos de la residencia, casi todos con demencia, he aprendido que se van cognitivamente y que, muchas veces queda o aparece algo que antes no se veía, cubierto por el razonamiento: la ternura, las emociones, una mirada... no sé, es diferente.
Gracias Wilde
Besos
Tienes la facultad de destilar mucho amor en estas entradas que son muy duras, pero que dulcificas desde la verdad.
Siento no poder leeros apenas estos días, pero no os olvido.
Besitos/azos.
Hola Mariano!!
Yo tampoco tengo mucho tiempo para leeros. Gracias por pasarte de vez en cuando. Espero que todo vaya viento en popa en tu nueva etapa. Un abrazo
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