lunes, 5 de septiembre de 2011

Maya y la Meditación



Cuando inicié este blog, hace ya algunos años, estaba empezando un proceso personal que sigue vigente. Descubrir a Maya, ver a través del velo, incluso poder apartarlo para contemplar lo real es un trabajo de toda una vida, sino de más.
Mi proceso ha atravesado diferentes etapas, con diferentes maestros y tendencias. Todo ello ha aparecido en el momento oportuno y ha significado un paso más en el viaje.

Hasta ahora era evidente que lo que más mella ha hecho en mí es la terapia Gestalt, que se ha convertido en mi profesión. Visto en retrospectiva, no podía ser de otra manera: para mí, no sólo es importante ver para creer, como Santo Tomás, sino experimentar para saber.

La Terapia Gestalt consiste en darse cuenta de uno mismo, ir desvelando los mecanismos de defensa (neuróticos), las reacciones automáticas que constituyen nuestra coraza para evitar que nos hieran, esos patrones de conducta que ponemos en marcha sin ser conscientes de ello. Una vez conocidos, podemos evitarlos e instaurar nuevos patrones decididos por nosotros. En resumen, se trata de conocer el programa que tenemos instalado y que nos conduce a Error para eliminarlo y elegir otros desde nuestra libertad y responsabilidad.

En las distintas formaciones que he ido desarrollando en el ámbito gestáltico (terapia corporal, eneagrama), hay otra disciplina, podría decirse que "transversal", por ser común a todas ellas: la meditación.
Llevo años meditando, ahora sí, ahora no. He pasado temporadas meditando prácticamente cada día, 20-30 minutos y luego meses sin hacerlo. Meditar era algo que, aún sabiendo que me beneficiaba, no lograba instaurar en mi vida de forma regular.

Desde hace unos meses esto ha cambiado. Todo llega, y actualmente medito cada día 1 hora, al menos una vez al día, a veces dos. Actualmente es una necesidad, ya no es una obligación o algo que sé que me va bien y que no logro hacer. La meditación, en este caso la meditación Vipassana, me ayuda a ver a Maya todavía con más claridad, en estos momentos incluso más que la terapia.

No es, como muchos creen, un momento de desconectar de todo. Los inicios de la meditación son difíciles, y si no, probad simplemente a sentaros con los ojos cerrados sin hacer nada durante 15 min., ¡sin dormiros, por supuesto!, sino estando atentos y presentes a lo que ocurre en vosotros: pensamientos, emociones, sensaciones, reacciones corporales. La Meditación Vipassana propone darse cuenta de todo ello, sin reaccionar, permaneciendo en la quietud y en la observación. Siéntate y observa.

Aparecen todos los demonios, todos los mecanismos neuróticos, todas las tensiones corporales, todos los pensamientos evitativos y obsesivos, todos los miedos y emociones diversas. Obsérvalo todo y no hagas nada.

La meditación es una de las herramientas más poderosas que conozco para conocerse, para ir limando el ego, para sanar, para abrirse a otras realidades, para liberar energía estancada y tensiones, para conectar con nuestra fuerza y con nuestra creatividad, con nuestro propósito, y, desde luego, para abrir el corazón.

Con la meditación, poco a poco va cayendo nuestra coraza y Maya se va desvelando, para dar paso y dejarnos entrever lo que somos verdaderamente todos: seres de luz.


1 comentario:

Irreverens dijo...

Tengo que probar esto de la meditación. Llevo tiempo pensándolo pero no me pongo a ello... A ver si este otoño-invierno, cuando el clima se preste más a recogerse, me inicio.
:)