viernes, 21 de diciembre de 2007

Vínculos afectivos

Tras el impacto que recibí con la noticia de la muerte de mi querida Nuria, hoy he podido hablar con su hija, mi hermana del alma, mi hermana porque, como ella misma me ha dicho, yo era como la segunda hija de su madre.
Me ha contado que Nuria murió plácidamente en su cama, tomada de la mano de su marido, del amor de su vida, un amor que los ha mantenido unidos durante 60 años. Simplemente se durmió y no se despertó.
Al levantarse, Johnny fue a hacerle una taza de chocolate caliente, como hacía cada mañana. Se la llevó a la cama y le extrañó que ella no se moviera al decírselo. La tocó y se dió cuenta de que... estaba fría. Nuria se había ido plácidamente durante el sueño, de la manera más dulce: junto a su hombre.
Saber estas circunstancias me ha dado mucha serenidad y más aceptación.

Cambio de tema: leyendo la última entrada de nuestro zurdo más famoso y enlazando con la relación que yo misma tenía con Nuria (tía de mi ex marido), reflexiono sobre las relaciones y el afecto que podemos tener unos hacia otros sin tener que mediar ningún tipo de vínculo familiar.

Cuando hoy en el trabajo han visto los hinchados ojos que yo lucía y les explicaba quién había muerto, algunas personas me miraban extrañadas, sin entender que me afectara tanto la muerte de la tía de mi ex-marido. Yo me veía incapaz de hacerles entender que nada tiene que ver la relación familiar o no, sino el tipo de vínculo creado entre ella y yo, como el vínculo creado entre Mariano y su sobrina que va mucho más allá de que sean sobrina-tío.

Y para seguir en la línea de lo dicho, ahí va otro ejemplo:
Esta tarde mi hija me ha pedido si su hermanita de 4 años, fruto del matrimonio de su padre con su segunda esposa (yo fui la primera) podía venir con nosotros a la cena del 24 por la noche con toda mi familia. Parece ser que Paula, que estuvo presente el día de la celebración del cumpleaños de mi hijo, con mis padres, mis hermanos y mis sobrinos, desde entonces no para de hablar del Avi Enric (mi padre), de Jùlia y Eric (mis sobrinos). Le ha pedido a su madre que la deje ir para poder verlos otra vez.

Estaba especialmente impactada con mi padre, se sentaba a su lado, se acurrucaba en sus brazos y lo adoptó como abuelo (hay que decir que ella no tiene abuelos, sólo una abuela y con menos de 3 años se quedó sin padre).

Paula estará con sus hermanos (mis hijos), con mi familia y conmigo la noche de Navidad. Porque ella siente afecto por nosotros; porque, de alguna manera, en su corta edad no entiende, ni falta que hace, de relaciones familiares y sí de personas que le muestran su afecto y la quieren, aunque sea la hija de mi ex con una casi desconocida para mis padres y resto de la familia; porque los niños van ahí donde se sienten bien, lo cual los adultos dejamos de hacer muchas veces por imperativos sociales, por etiquetajes absurdos o por un debeísmo culpabilizador.

Si algo voy aprendiendo de la vida, de la muerte y del cariño que recibo es que quiero estar con los que de verdad me quieren y quiero, prescindiendo de lo políticamente correcto. Como ya he comentado en más de una ocasión, no dejarme nada en el tintero y cuando llegue el último suspiro, haber agotado la tinta con aquellos a los que real y profundamente he querido.

¡Cuánto por aprender de los niños!

6 comentarios:

tootels dijo...

tu si que eres un sol...

MonikaMDQ dijo...

Totalmente de acuerdo, los niños nos enseñan mucho. Sólo hay que estar atentos, con su inocencia lógica, tienen otra visión de la vida.

Felices fiestas An, que se cumplan todos tus deseos!
Nos leemos¿si?
besotes

PASEO MAGICO dijo...

Hay mucho que aprender de los niños. Ellos van a los corazones que saben amar y allí se cobijan y se quedan.

un besazo!

Verónica

Montse dijo...

Me parece estupendo que la pequeña, venga con vosotros a pasar la nochebuena, los niños no entienden de convencionalismos, ni de odios, ni de rencores, los niños son sinceros, simplemente niños.
Tenemos que recordar que nosotros también fuímos niños, lástima que al crecer se pierde toda esta espontanedad.
FELIZ NAVIDAD.

Anónimo dijo...

Hola, ante todo un saludo, pues es la primera vez que accedo a tu blog.

Tienes mucha razón, la sociedad que hemos creado entre todos, busca el beneficio rápido y como consecuencia de ello, solo comprende que sintamos algo por la familia, que es la que nos acoge y nos da fuerzas; pero no comprende que podamos sentir algo por una persona ajena a nosotros y que no nos aportará ningún bien material... los niños aun no estan invuídos de este espíritu y nos enseñan que es la amistad de verdad.

Feliz navidad desde sevilla.

sandman65 dijo...

Volver a mirar el mundo con los ojos inocentes del niñ@ que un día fuimos es el el gran reto; me gusta mucho tu blog, he buceado por él y ha sido bueno.