domingo, 24 de febrero de 2008

Ternura

Fin de semana de formación de terapia corporal. Según Wilhem Reich, pionero de muchas de las terapias corporales, nuestra musculatura es como un libro donde se registran todos los impactos emocionales de nuestra vida. Poco a poco hemos ido formando una coraza muscular caracteriológica, es decir, paralelamente a la formación del carácter se ha formado la coraza muscular. Y es que en realidad, el carácter no es más que otra coraza urdida a base de frustraciones y mecanismos de defensa que nos han protegido (y nos siguen protegiendo) del dolor.

Pero... ¿qué protegemos en realidad? Nuestro núcleo tierno, que tiene su correspondiente polaridad, el impulso agresivo, entendiendo agresividad como la fuerza que nos empuja hacia la acción, no como violencia, lo cual se confunde a menudo. Todos tenemos núcleo tierno e impulso agresivo.

La ternura se corresponde con la función madre, con el yin, con lo femenino; la agresividad con la función padre, con el yang, con lo masculino. Los dos se complementan y si tengo enquistado, para protegerlo, el núcleo tierno, automáticamente tendré bloqueado el impulso agresivo.

Mi capacidad de dar y recibir ternura tiene una relación directa con mi capacidad de entrega y mi capacidad de entrega es inversamente proporcional a la dureza de mi coraza.

Grandes dosis de ternura tienen el poder de deshacer la más dura de las corazas.

Hoy he visto a una chica que ayer pedía más intensidad en las dinámicas, desmayarse, caer redonda, al recibir caricias en la cara de todo el grupo, uno a uno; al más rígido y controlador de mis compañeros llorar como un bebé; a la que siempre está en la queja, reclamona de amor y cariño, salir huyendo al no poder sostenerlo.

El poder de la ternura es inmenso, y nuestro núcleo tierno difícil de alcanzar. Lo hemos protegido de tal manera para no ser heridos que cuesta llegar a él, tocar el de los demás y dejar que nos lo toquen. Paradójicamente, es lo que todos anhelamos. El problema es que abrirnos a la ternura significa abrirnos también al dolor, arriesgarnos a revivir la herida que todos tenemos.

Para ello primero tenemos que ser conscientes de nuestros bloqueos, de nuestra coraza y poco a poco ir deshaciéndola, a pesar del miedo, de la angustia, con paciencia, con voluntad, con cariño, con ternura.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Solo con leer este post seguro que mas de uno hemos roto algo la coraza, sin duda. Gracias una vez más. Besos.

Meiga en Alaska dijo...

Ana, me encanta que nos cuentes cosas sobre tu cursos de terapias corporales. Me hace reconectar con una parte de mí que hace como un año que no ejercito. Te leo y voy asintiendo... sí... claro... obvio... por supuesto... hmmm... :)

Me encanta haber encontrado tu blog. Es una forma de conectar a través de la experiencia directa con mi profesion, en cierto modo.

Me encanta que te esté gustando tanto descubrir las terapias psicosomáticas. En mi opinión, son el camino de la sanación profunda. La palabra nunca es suficiente.

Besos

A través del velo dijo...

Pluskys, si es así, me encanta. Cada día me doy un poco más cuenta de mis propios bloqueos y de la necesidad de ir soltándolos. La verdad, es una gozada. Tengo el cuerpo todo dolorido en estos momentos, con una sensación de bienestar difícil de explicar. Un beso

Meiga: a mí me encanta que me leas y que lo podamos compartir. Estoy de acuerdo: la palabra nunca es suficiente. Por eso estoy en esta formación y por eso también utilizo el reiki en mis sesiones terapéuticas. Besos.

Irreverens dijo...

Ana, sin duda es así. Lo de la coraza física y emocional...
Seguro que ya lo conoces pero lo pongo aquí por si alguien más lo lee:
Al respecto recomiendo muchísimo el libro "El caballero de la armadura oxidada". Trata justamente de esto pero no deja de ser un cuento muy didáctico y ameno.

Besos, guapa.
:)

magofez dijo...

No sé donde leí o escuché algo que decía que el afecto define. Supongo que ternura y afecto van de la mano, o no, pero bueno ...

Los bloqueos son buenos a veces, te hacen pararte y pensar, y cosas asi.

A través del velo dijo...

Irre, conozco el libro, está muy bien, cortito y muy explícito de lo que es nuestra coraza.

Wilde, yo diría que sí, que van de la mano aunque no sean exactamente lo mismo, cuestión de matices. Los bloqueos han sido y son necesarios en nuestra vida, para protegernos y para, como tú dices, ayudarnos a darnos cuenta de ciertas cosas.

Petonets a los dos

Mariano Zurdo dijo...

Por eso hay personas ariscas, porque son más débiles de lo que muestran y saben que se derrumbarían con la ternura.
Cuando uno es capaz de convivir con ella, con la ternura, es cuando empieza a alcanzar el equilibrio de la fortaleza.
Preciosa entrada Ana.
Besitos/azos.

Juana dijo...

"Donde hay más sensibilidad, allí es más fuerte el martirio"
Leonardo Da Vinci

También hay que tenerlo claro y saber trabajar con ello.

Isabel dijo...

Qué gustazo leerte, así con detenimiento, sintiendo cada palabra.
Sabes que para variar, no puedo estar más de acuerdo contigo. Explicas tan concisamente, que la lección queda gravada. Abrir la puerta a la ternura es abrirla al dolor y para eso no siempre estamos preparados…Entendiendo esto, se entiende mil aptitudes como la que explica Mariano.
Ana cuánto equilibrio en tu mundo, te percibo tan bien. Trasmites paz y serenidad. Ante ello mis corazas se van a la mierda, por eso contigo doy rienda suelta a mi ternura y a mi agresividad y siempre soy yo misma. Antes tú ya me habías regalado tu ternura y agresividad…Y ahí andamos regalándonos.

Un te quiero hermana.

P.S. No me acuesto ahora...me levanto que es peor jajajaja. Buen día reinona.

Desesperada dijo...

mmm yo tengo una coraza extraña. me muestro siempre tal como soy, ergo, pudiera parecer que no la llevo. sin embargo, mi dolor se guarda muy dentro, odio mostrarlo. quizá me falta ternura...